En esta vida uno se puede esperar a que pase el tren por la puerta de su casa. Algo que mal arreglo tiene si resulta que la vía no pasa por esa zona. La otra opción es que vayas tú a buscar al tren, y cuando lo veas pasar te subas sin pensarlo. Sin duda, la mejor forma de reinventarse y poder sacar la cabeza en los malos tiempos. Algo así ha hecho el mundo de las farmacias, que de ser la mítica botica ha pasado a ser toda una farmacia 3.0.