Emprender siempre es complicado y desde que surge la idea inicial hasta que finalmente la llevamos a cabo no solo pasa bastante tiempo, sino que hay muchos detalles que tenemos que definir. Una vez tenemos definido el tipo de negocio que queremos abrir -una tienda de ropa infantil en nuestro caso-, todavía quedan muchas decisiones que tomar: edad que comprenderán las prendas de ropa que ofrezcamos, el estilo, el público al que nos dirigiremos, el mensaje que queremos comunicar, la imagen y la identidad que adoptaremos, el plan de negocio que seguiremos y los objetivos que queremos alcanzar a corto, medio y largo plazo… Pero, aunque todas esas decisiones son importantes y se deben tomar antes de abrir la tienda, una de ella y que todavía no hemos mencionado está por encima de todo: ¿qué tipo de tienda queremos abrir? Cuando llegamos a este punto, se nos abre un abanico con dos opciones: monomarca o multimarca.