Un sector que ahora miso está pegando fuerte en la industria a nivel comercial y de ventas es el ecológico. Lo he bautizado con ese nombre porque abarca diferentes ámbitos y hoy os voy a hablar de él y den lo que supone pertenecer a él.
Hay dos factores que han hecho que el sector ecológico esté ahora mismo en auge. Uno de ellos es, como no, la moda. Ser ecológico está de moda, se lleva eso de comer bien, no contaminar y ayudar al medio ambiente y como es tendencia hay miles de personas que se han sumado a la causa. El segundo factor es un cambio en la mentalidad cultural de nivel global en los países más occidentalizados: la población quiere cuidarse realmente y vigila lo que come, el ejercicio que hace y lo que recicla o contamina con sus hábitos diarios. Y el caso es que, como todo, esto ha traído consigo una serie de comercios e industrias que abogan por ese bienestar medioambiental y que se dedican a proveer a los usuarios de lo necesario para cumplir con sus objetivos.
Ejemplo de ello son los huertos urbanos. Al principio fueron los jubilados los que, con su tiempo libre, quisieron volver a cultivar sus propias frutar y verduras para conocer todo el proceso por el que han pasado y conocer su procedencia, actualmente son miles las familias que cuentan con un pequeño huerto en su terraza e incluso balcón y por eso se lanzaron al mercado este tipo de lámparas de cultivo que proveen a esos usuarios de la tecnología que necesitan para llevar a cabo su labor.
Hoy en día hasta los Ayuntamientos organizan cursos para enseñar a montar y gestionar un huerto urbano y hay cientos de webs en Internet donde te informan sobre los útiles que necesitas y sobre los pasos que has de seguir para cultivar según qué fruta u hortaliza.
Todo este movimiento ecológico ha hecho nacer a cientos de franquicias en las que hoy en día se puede invertir con cierto porcentaje de éxito más o menos asegurado, pero yo veo un problema en todo esto porque no hablamos de un bien de primera necesidad ni de algo tan afianzado en nuestra sociedad como pueden ser las nuevas tecnologías, hablamos de una moda que ha traído consigo un cambio de mentalidad que no sabemos cuánto va a durar.
Idílicamente queremos que este cambio sea duradero, y no por las franquicias o los nuevos negocios que puedan abrirse, sino por el bien que le hacemos al planeta y a nuestro propio cuerpo, pero seamos realistas, esto puede ser una moda pasajera o no serlo y a día de hoy no tenemos las claves para saber de cuál hablamos así que hay que prepararse para lo peor.
Si hablamos de una moda pasajera tenemos que tener claro que nuestro negocio, dirigido a este sector, va a sufrir los vaivenes de tiempo y puede que tengamos que reinventarnos llegado el momento o incluso especializarnos mucho para poder sobrevivir en el mundo de los negocios. Por ejemplo, también están muy en boga las cooperativas de agricultores que venden al por menor a particulares de modo que la fruta o la verdura que compra el usuario llega a su mesa directamente del árbol, sin pasar por intermediarios ni distribuidores. Esto ahora mismo también es un sector en auge pero hay que reconocer que este tipo de fruta sale más cara que la que compramos en el supermercado y, por consiguiente, cómo podemos estar seguros de que, pasada esta moda, nuestros clientes no preferirán comprar de nuevo en el mercado del barrio y ahorrarse así unos euros. No lo sabemos, y por eso debemos tener en cuenta todas las variantes posibles.