Mi tío Gerardo, el hermano menor de mi padre, era albañil y constructor. Ahora, está ya jubilado pero le gusta dar su opinión sobre este tema y hablar de ello. Era un hombre apasionado por su oficio y la verdad es que a pesar de la crisis, él por suerte siempre tuvo faena. Debo especificar que era un crack en su trabajo. Todo ello, para deciros que cuando vino a visitar la casa que Elena y yo acabamos de comprarnos, soltó de repente: “¡Quedaría chula la fachada de tu casa con una pared de pizarra! ¿No? Yo conozco a los de Pizarras y Derivados (Ardoises d’Espagne), una empresa familiar leonesa que lleva más de tres generaciones seleccionando y comercializando una amplia gama de productos de pizarra. Vende para todo tipo de estructuras y soportes (tejados, paredes, etc.), y su pizarra es de altísima calidad. Te lo puedo asegurar y… ¡ya sabes tú que con todo esto no bromeo y que busco siempre lo mejor al mejor precio!”. Si me lo aseguraba mi tío es que realmente así era. Luego de ello, pensado en lo que me había dicho y mirando la fachada, tuve que reconocer que su idea era bastante buena y que efectivamente quedaría súper chula la pared de mi casa con pizarra…
¿Cómo disponer la pizarra sobre un muro?
Ahora que tenía las ideas claras y sabía dónde encargar la pizarra, lo más complicado era de informarme sobre cómo disponer las losas adecuadamente sobre el muro para que quedase bonito. Mi tío me lo hubiera podido hacer si no hubiese vivido tan lejos de aquí. Pero, al residir a casi 800 kilómetros de mi casa, sólo podía ser durante las vacaciones y eso era imposible tanto para él como para mí. Entonces opté por pedirle simplemente consejo y por lanzarme yo solito al río. Contento de poderme ayudar aunque no fuese como a él le hubiese gustado, a saber, ocupándose él mismo de la obra, me explicó, no obstante, que la técnica correcta era la de los morrillos. Ésta permitía que aguantaran solas las losas sin ninguna argamasa. Esta técnica era concretamente la que se utilizaba para los muros de pizarra, me dijo. Asimismo, añadió que al ser este tipo de fachada muy decorativo, eso atraía a una gran cantidad de aficionados que no lo hacían bien. Muchos de éstos, en efecto, parece ser que colocan las piedras como vienen, y que tapan los huecos con mortero. No se puede proceder así, ya que las construcciones, con el paso del tiempo, podrían acabar por presentar puntos vulnerables y existiría un serio riesgo de derrumbamiento o grietas.
Otro detalle a tomar en consideración es el de la importancia de humedecer la piedra antes de ponerla. Pues, hay que saber que la pizarra absorbe generalmente el agua del mortero. Por ello, y para evitar defectos, es conveniente humedecer previamente las piedras sumergiéndolas o rociándolas con agua. Dicho esto, de momento sólo me toca esperar para ponerme manos a la obra a que lleguen las losas de pizarra negra (¡me encanta!) que he encargado a la empresa leonesa Pizarras y Derivados (Ardoises d’Espagne), una firma de origen francés que selecciona y distribuye la mejor pizarra de España a nivel nacional como internacional. No por nada trabaja esta empresa con los mejores arquitectos, promotores, constructores, artesanos, decoradores, designers, etc., del mundo quienes prefieren seguir utilizando la pizarra por sus cualidades intrínsecas: belleza, resistencia, durabilidad, elegancia y tantas otras más… Se trata verdaderamente de un material fabuloso en todos los sentidos y que se puede usar tanto para el exterior como el interior. Personalmente de ello estoy convencido. Además, de mi tío paterno Gerardo siempre me he fiado un montón. Con lo cual, lo que diga él va a misa…