Hay muchas razones por las cuales los dueños y dueñas de un negocio pueden estar asustados cada noche. Su vida es su negocio y, si algo le pasa a este, está claro que su vida lo va a notar de lleno. No solo hay que tener una gran idea, sino que hay que tener el capital para iniciar el negocio, encontrar una buena ubicación para el local (si es que lo necesitamos) y rezar para que no haya ningún imprevisto que nos pueda condicionar en el transcurso del día a día. A veces pensamos que son demasiadas cosas para una sola persona.
Uno de esos imprevistos a los que nos referíamos en el párrafo anterior tiene que ver con los robos o hurtos. Por desgracia, estamos hablando de uno de los asuntos que sigue siendo habitual tanto en España como en otros países y que no tiene una solución demasiado posible si el propio emprendedor o emprendedora no toma cartas en el asunto. Desde luego, estamos asistiendo a la que es, sin duda, una de las mayores injusticias del momento: una persona que trabaja a destajo se ve condicionada por lo que otra, que por lo general no trabaja o que quiere dejar de hacerlo, puede robarle.
Una información publicada por el diario La Vanguardia en su página web en noviembre de 2015 indicaba que España es el tercer país de Europa en el que más hurtos se producen en establecimientos comerciales. El 52% de las pérdidas de origen desconocido se producen por culpa de hurtos o robos externos y la verdad es que no hay derecho a ello. Las tiendas de ropa, por lo general, son las que más sufren este tipo de problemas. En total, entre todos los sectores, las pérdidas por culpa de todo esto son de casi 2.500 millones de euros al año. Una auténtica barbaridad… y una auténtica injusticia, como decimos.
Hemos querido saber cuál es el número de denuncias al año que realizan los negocios españoles por culpa de hurtos o robos y la respuesta nos la ha aportado una gráfica del portal web Statista. De 2010 a 2018, lo cierto es que fue ese primer año el peor, con un total de 28.573 denuncias. Ni en 2017 ni en 2018 se alcanzaron las 23.000 denuncias, una buena noticia si analizamos el asunto con retrospectiva. Pero siguen siendo demasiadas. Hay que seguir reduciendo ese número con carácter de urgencia.
¿De qué manera pueden tener los dueños de los comercios un mayor índice de éxito en las denuncias que interponen por robos o hurtos? ¿Y de qué modo pueden prevenir, en la medida de lo posible, que se produzcan esos robos o hurtos? La respuesta sigue siendo la misma que hace años: a través de sistemas de vigilancia. Desde FGL Sistemas de Control nos han indicado que, en 2021, la confianza en este tipo de aparatos apenas había variado con respecto al principio de la década pasada y que estos siguen siendo igual de efectivos para dar caza al ladrón y conseguir que se restituya lo robado o su correspondiente valor monetario.
Una inversión en seguridad
Lo mejor de todo lo que tiene que ver con los sistemas de vigilancia es la seguridad que proporcionan. Sabemos que este tipo de aparatos consiguen disuadir a los malhechores y que, en caso de que se produzca el robo, tenemos un índice mucho mayor de posibilidades de conseguir darles caza. Y eso es algo que, desde luego, permite que los emprendedores y emprendedoras duerman mucho más tranquilos, que es algo que se ganan a pulso día tras día.
Está claro que es muy difícil que consigamos reducir a un número irrisorio los robos y hurtos que se producen en España en diferentes establecimientos comerciales, pero lo que también es evidente es que no nos podemos quedar de brazos cruzados ante una amenaza como esta. Hay que pelear y, desde luego, una de las mejores maneras que encontramos para ello es que los sistemas de seguridad como las cámaras estén presentes en nuestro negocio y que, además, así lo indiquemos. Esa puede ser la diferencia entre sufrir un robo o que quien esté a punto de ejecutarlo dé un paso atrás en el último momento.
Y antes de terminar, ni que decir tiene que la recomendación que os podemos hacer es que estos sistemas también estén incorporados en vuestras casas. También en los domicilios particulares se puede encontrar mucho dinero, joyas y demás objetos valiosos. Por ende, conviene protegerlos. La sensación de seguridad que tenemos con una cámara de vigilancia es muy grande y es demasiado peligroso que, por no hacer una mínima inversión, nos arriesguemos a sufrir algún robo o hurto que, además, pueda acabar en desgracia.