Para nadie es un secreto que la economía mundial está en problemas, y de esto no podemos responsabilizar al Covid-19 pues antes de su llegada, ya se estaba atravesando mundialmente por problemas económicos que claramente se agravaron cuando la pandemia obligó a todas las naciones a detener su economía para poder proteger la vida de sus habitantes.
Esas decisiones que en su momento fueron acertadas, han complicado aún más los problemas económicos ya existentes, por lo que ahora los gobiernos del mundo están en la obligación de promover, impulsar y apoyar a las pequeñas y medianas empresas, ya que estos negocios tienen un peso importante en la reactivación económica del país.
España -como todo el mundo- está en una posición vulnerable, pues es fundamental que todos los actores de la sociedad puedan producir para así poder remontar económicamente después de una crisis tan complicada, producto del Covid-19, en donde las grandes protagonistas de este renacer económico serán las pequeñas y medianas empresas.
Las pequeñas y medianas empresas poseen gran flexibilidad para adaptarse a las constantes transformaciones del mercado y para emprender proyectos innovadores debido a su tamaño. Lo que las diferencia de las grandes empresas es que promueven la individualización frente a la estandarización aunque también sirven de tejido auxiliar para éstas como entidades subcontratadas menores que les proporcionan maximización del tiempo y reducciones de costes. Pero por otro lado, la cadena de valor se compone de pocos eslabones y, por tanto, la falta de productividad de uno solo puede ralentizar la de toda la compañía. Así, n las pequeñas y medianas empresas, el compromiso de los empleados y el saber que las compañías invierten recursos en su bienestar, se hace más importante que en otros contextos empresariales.
Según las estadísticas, las pequeñas y medianas empresas representan el 90% del sector empresarial de todo el mundo, generan entre 60 y el 70% del empleo y son claves en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En España, las PYMES son el motor de la economía, de hecho, según datos gubernamentales representan el 99,8% del tejido empresarial y generan el 66,4% del empleo; ya sea ofertando bienes y servicios o demandando productos. Estas constituyen la columna vertebral para todas las economías en desarrollo y la generación de empleo, gracias a que absorben a una importante porción de la población económicamente activa, contribuyendo así a la estabilidad del mercado laboral.
Es sabido por todos que las pequeñas y medianas empresas tienen problemas para acceder a la financiación, y es que, según los especialistas de Findango si las PYMES no tienen suficiente acceso a la financiación esto las puede llevar a la quiebra, lo que se convierte en un problema económico global, pues si todas las PYMES tienen que cesar sus actividades, el PIB y la economía mundial se hundirán con ellas. Es por ello que es importante empezar a ponerlas al mismo nivel que a grandes empresas, ya sean nacionales o internacionales.
Las pequeñas y medianas empresas, como hemos mencionado antes, son fundamentales para que España pueda repuntar económicamente. Esto se debe a que por su estructura pequeña y menos complicada, se pueden adaptar más fácil y rápido a los cambios del mercado, así como especializarse en mercados mucho más particulares y específicos a las que grandes empresas no suelen llegar. Una empresa pequeña puede cambiar sus protocolos y accionar con menos problema que una gran empresa, lo que hizo que se adaptaron muy rápidamente a los tiempos convulsos de la pandemia, pensando también que de no hacerlo, tenían que cerrar sus puertas definitivamente.
Las pequeñas y medianas empresas, motor de desarrollo económico y social
La capacidad productiva de las sociedades y el nivel de calidad de vida de las naciones se determinan principalmente por la evolución de sus mercados y la presencia de las pequeñas y medianas empresas. El crecimiento económico de las economías modernas depende de un sector financiero eficiente que agrupe el ahorro interno y movilice capital hacia inversiones productivas.
El rol de la PYME en el crecimiento económico y la reducción de la pobreza es particularmente evidente en los países en desarrollo, pues estas economías, al ser más pequeñas carecen de un espectro diverso de grandes corporaciones y dependen más de las capacidades de creación de empleo del sector emprendedor.
La importancia de las pequeñas y medianas empresas en la creación de trabajo y en la consolidación del entramado social es admitida en forma casi generalizada pues tienen importancia en términos sociales y políticos, ya que su desarrollo contribuye a diversificar las fuentes de producción y de empleo, además de dar sustento a grupos y poblaciones asentados fuera de la órbita de influencia de las empresas de mayor tamaño. Esto debido a que suelen contratar a una mayor proporción de personas pertenecientes a grupos con menos oportunidades de encontrar empleo, como los jóvenes, los trabajadores de edad y los trabajadores menos calificado.
Desde este punto de vista, las redes de producción y servicios de pequeñas y medianas empresas son un factor de equilibrio político y de ocupación del espacio geográfico.
Además de impulsar el crecimiento y la creación de empleo a nivel local, las PYMES desempeñan un papel cada vez más importante al abordar urgentes desafíos del desarrollo, especialmente aquellos relacionados con la sostenibilidad.
La Sostenibilidad y las pequeñas y medianas empresas
Se le llama sustentabilidad a todas las prácticas que satisfacen las necesidades actuales de la población, y que no disminuyen o merman los recursos naturales de las futuras generaciones. Aquí, uno de los grandes errores que suele cometerse es pensar que las prácticas en favor del desarrollo sostenible son exclusivas de grandes empresas, porque estas sí cuentan con los recursos para hacerlo; siendo que las PYMES también pueden y deben realizar esfuerzos para adoptar estas políticas en sus proyectos.
Desde el punto de vista del marketing, las pymes pueden lograr una mejora de su imagen gracias a las prácticas de desarrollo sostenible. Una forma de lograrlo es incorporar productos o servicios ecológicos en sus portafolios, con lo cual se demuestra el compromiso de la empresa con el medio ambiente, siendo que este tipo de adición también es una buena oportunidad para diferenciarse de la competencia.
En el año 2015, los 193 Estados de la Asamblea General de Naciones Unidas aprobaron por unanimidad la Agenda para el Desarrollo Sostenible, y este concepto de sostenibilidad se ha extendido a todos los ámbitos de la sociedad incluyendo a la industria. Las pequeñas y medianas empresas forman parte fundamental de este acuerdo y muchas de ellas han tomado los Objetivos de Desarrollo Sostenibles como guía de trabajo. Algunas maneras en las que pueden colaborar e implementar estas medidas son:
- Salud de los empleados: implementar medidas que incidan positivamente en la salud y el bienestar de los empleados puede suponer mejorar su motivación y compromiso con la organización y, a la larga, su productividad. Conciliación, flexibilidad en el trabajo o programas de nutrición y actividad física son algunas medidas recomendadas.
- Energías renovables: las pymes pueden incrementar el uso de energías renovables o innovar con nuevos productos y servicios que impulsen las energías verdes. Algo que, además, ayuda a proyectar una imagen de marca sostenible.
- Digitalización: desde la reducción del uso de papel hasta las oportunidades de e-commerce y proyección a través de las redes sociales, Internet ofrece numerosas oportunidades de crecimiento y bajo consumo de recursos energéticos.
- Reutilización y reciclaje: las pymes pueden impulsar la reutilización y reciclaje de papel, plásticos o envases a nivel interno, además de crear productos y servicios basados en materiales reutilizados y reciclados.
- Transparencia: las pymes pueden informar sobre su desempeño en sostenibilidad y divulgar mejores prácticas y su propio “know-how” en este aspecto. Además de servir de guía interna para conocer el nivel de cumplimiento con los ODS.
Por otro lado, hay ciertas ventajas que ofrece seguir las recomendaciones para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible que las PYMES deben tomar en cuenta. Algunas son:
- Acceso a nuevos mercados: como los relacionados con nuevas tecnologías, economía circular, negocios inclusivos, energías renovables o economía ecológica. Y es que solo el mercado de las renovables mueve casi 300.000 millones de dólares.
- Ahorro en costes: la mayoría de empresas implantan planes de sostenibilidad para conseguir un mayor aprovechamiento de energía y agua, las cuales pueden hacerse desde el proceso de fabricación hasta las oficinas.
- Alianzas con otros actores y negocio con grandes empresas: muchas grandes empresas están ubicando la sostenibilidad en el núcleo de sus modelos de negocio, y reclaman cada vez más proveedores alineados con los criterios de la Agenda 2030.
- Más facilidades para contratar con el sector público: igual que las anteriores, la Administración también tiene en cuenta la sostenibilidad a la hora de conceder subvenciones o realizar contratos con empresas.
- Mejora de la reputación y aumento de la confianza en la marca: cada vez más consumidores valoran la preocupación social y medioambiental de las empresas.
- Adelantarse a normativas: se espera que en los próximos años se produzca un aumento de estrategias y normativas; comenzar a adaptarse al desarrollo sostenible cuanto antes puede ahorrar muchos futuros quebraderos de cabeza.
Las pequeñas y medianas empresas son, como hemos podido notar, motores fundamentales para el funcionamiento económico y social de un país, por lo que es necesario que estas cuenten con el apoyo y la valoración de todos los actores de la sociedad.