Abrir una franquicia es algo complejo. Es necesario tener tiempo, paciencia y tener las ideas claras para que nuestras ilusiones no terminen flaqueando. Vamos a darte una serie de consejos para que deberías saber antes de proceder a la apertura de una franquicia y que hay que superar si se quiere gestionar un negocio.
- Autoevaluemos nuestras capacidades, aptitudes y cualidades: si piensas que lo mejor que puedes hacer para emprender un negocio es tomar la decisión de abrir una franquicia, lo mejor es realizar un autoanálisis personal. De esta forma sabrás si te conviene entrar en el mundo de las franquicias y empresarial. Hay que saber la capacidad de inversión que tienes, si quieres seguir las directrices que te marquen desde la central y las consecuencias que puede tener una mala marcha del mismo.
- Saber nuestra capacidad de inversión: antes de embarcarnos en financiar la franquicia, hay que realizar un plan económico que nos diga el dinero que tenemos, lo que vamos a tener que pedir y como pagaremos o devolveremos ese dinero. Los comienzos necesitan minimizar los gastos, por lo que es necesario buscar la mejor alternativa posible y unas buenas condiciones. A visitar muchos bancos toca ¿no?
- Conoce el sector al que quieres dedicarte: otro paso importante es saber el sector al que vamos a dedicarnos. Existen sectores donde hay grandes expectativas. Hay que estudiar, leer y analizar en profundidad el sector y después la empresa, de ellos dependerá una buena parte del éxito de tu emprendimiento. Cuanto más sepas del sector, más podrás dedicarte a otras cosas importantes de tu negocio.
- Estudio el mercado donde vas a estar: hay que conocer a los clientes, proveedores y a la competencia que hará tu negocio más competitivo. Para ello, lo mejor es escuchar a tus clientes, saber lo que precisan y crear unas relaciones beneficiosas con tus proveedores además de estudiar a tu competencia.
- Habla con los franquiciados: cuando uno está seleccionando una franquicia, no solo tiene que valer con saber la información que te da el franquiciador, hay que contrastar esos datos con los que te den los propios franquiciados de la cadena. Esto es lo que realmente te acercará a saber cómo es el desarrollo y la forma en la que se comporta la franquicia. En este tipo de negocio, es vital contar con la ayuda y el soporte, además de una buena comunicación con la central o con otros franquiciados, pues la unión, más que nunca hace la fuerza.
- Asesoramiento profesional: salvo que seas ya un experto en el tema, es realmente importante tener el asesoramiento profesional de consultores especializados en franquicia, ellos pueden ayudarte a elegir.
- No dejar el mantenimiento en malas manos: contar con un buen mantenimiento en tu negocio es fundamental. Un punto clave es el mantenimiento informático, donde empresas como e-ingenia.es se ocupan de que tus equipos estén siempre apunto para que solo tengas que centrarte en tu actividad profesional. No todos somos especialistas en ordenadores y con empresas como ésta, tu ordenador estará siempre apunto.
- Asesoramiento legal: en el contrato con la franquicia, deben estar reguladas las condiciones donde se da la autorización al franquiciado para usar la marca del franquiciador, transmitir el know-how y que se dé la debida asistencia para que en caso de que no controles mucho del tema, esto no suponga un dolor de cabeza.
Abrir una franquicia necesita sus controles
Como has podido ver, la apertura de una franquicia necesita también de tener controlados una serie de factores. Cuando uno monta un negocio por su cuenta, está claro que tiene que abordar incluso más asuntos que si decide sumarse a una franquicia, pero no es un camino de rosas.
Lo mejor es informarse bien de todo lo que rodea a la franquicia y de si el sector es el que más te conviene. Hay que ser consciente que va a ser el lugar donde más tiempo vas a estar a diario, por lo que cuanto más te atraiga el negocio, más fácil será superar los malos días y las preocupaciones innatas a cualquier actividad empresarial.
Por último, regla de oro, no dudes en dejar a otros las cosas que no puedas hacer, mantenimiento informático, arreglos en el propio local, los temas financieros, etc. Uno no puede saber de todo y si quiere abarcar mucho, quizás te olvides de lo más importante, tu propia empresa.