Una casa no es nuestra hasta que no la decoramos a nuestro gusto. La decoración de la casa es un reflejo y una proyección de nuestra personalidad. Podemos saber, en gran medida, cómo es una persona en función de cómo tiene decorada su casa. El interior de una casa, además de bonita, debe ser confortable y práctica y expresar nuestro buen gusto. Aquí te dejamos algunos consejos para decorar tu vivienda con estilo.
Cuando vamos a ver una vivienda para comprar o alquilar, lo primero que hacemos es evaluar sus posibilidades. Si la vivienda es espaciosa, si está bien iluminada, si responde a nuestras necesidades.
Por supuesto, esté la vivienda vacía o amueblada, no se va a corresponder con nuestros gustos estéticos. Pero siempre hay algún elemento que dispara un resorte en nuestra mente y hace que nos enamoremos del lugar. Puede ser que tenga unas vistas maravillosas desde el ventanal del salón, una terraza espaciosa, o simplemente la ubicación.
A partir de ese momento, por nuestra cabeza empiezan a pulular ideas sobre cómo queremos ver decorada nuestra casa. Son elucubraciones. La cabeza actúa a tal velocidad que parece un motor en progresión de revoluciones y nos visualizamos haciendo vida en el interior de las habitaciones tal y como las imaginamos.
Ahora llega el momento de hacer realidad nuestros proyectos de decoración. La mayoría de nosotros no somos interioristas y tenemos conocimientos limitados sobre reforma y construcción. Puede ser que algunas de nuestras ideas no sean factibles. O que haya otras formas de llevarlas a la práctica que sean más sencillas y más efectivas.
No nos viene de más recibir los consejos de un profesional. Aun así, estas son algunas cuestiones que debes tener en cuenta para decorar la casa de tus sueños.
Trabajar la luz.
Los interioristas de Bayeltecnics Design, un estudio de decoración e interiorismo de lujo, que se fundó hace más de 15 años en Barcelona, dicen que cualquier proyecto de decoración viene determinado por la luz.
En primer lugar, por la luz natural. La que nos llega del exterior. Si esa luz no está presente, hay que buscarla. Tirando tabiques, ampliando los espacios, reestructurando la disposición de la vivienda.
Cuando no es posible disponer de esa luz hay que crearla de manera artificial. Para ello se puede recurrir al uso de luces indirectas o de tiras de luces Led. La iluminación artificial puede tener un sentido decorativo, configurando puntos de decoración que actúan como puntos focales.
La iluminación, además de tener un sentido práctico, nos permite ver en el interior de las habitaciones, tiene la capacidad de crear ambientes. Después de todo, lo que perseguimos con la decoración es crear espacios confortables donde nos podamos sentir cómodos.
Los elementos de iluminación dan personalidad a la vivienda. No se trata, pues, de que la casa esté sobre-iluminada. Si no de jugar con la intensidad y la dirección de la luz para crear matices.
La iluminación nos ofrece dos versiones de la vivienda. La casa de día y la casa de noche. Que se corresponde con el uso que vamos a hacer de ella en las distintas horas del día.
Espacios amplios.
El espacio es otro factor fundamental. Una variable sobre la que tenemos un control limitado. Nuestra vivienda tiene sus propias dimensiones, y no podemos hacer más. Sin embargo, una buena organización del espacio hace que pisos de 80 metros cuadrados parezcan más espaciosos que otras casas más grandes.
Siempre podemos jugar con la reordenación de la vivienda. Ampliar el salón comiéndole terreno a otra habitación que apenas utilizamos. Eliminar o reducir espacios muertos como pasillos o recibidores. Una vivienda amplia no implica que tenga muchos espacios, sino que los espacios de los que dispone sean espaciosos. Siempre acorde, cómo no, a las necesidades de los moradores.
La organización de las dependencias influye en la sensación del espacio. Un espacio demasiado recargado crea una sensación de claustrofobia, que nos oprima. Mientras que los espacios despejados, por los que nos podemos mover con facilidad, nos hacen sentirnos más libres.
Esto es así con independencia de las dimensiones de la vivienda y de sus habitaciones. De tal manera que existen recursos que amplían la sensación de espacio, haciéndonos sentir más cómodos; como una buena iluminación, colocar espejos estratégicamente o retirar muebles que bloquean el paso de la luz y/o de las corrientes de aire.
Poner atención a los pequeños detalles.
Algunos interioristas opinan que en los pequeños detalles descansa la personalidad de una vivienda. Aquello que la hace única y diferente a las demás. Es uno de los aspectos donde con más facilidad podemos volcar nuestros gustos e inquietudes, permitiendo personalizar la casa que habitamos.
Un cuadro colocado en un lugar escogido del salón o de cualquier habitación puede crear un punto focal o potenciar de una manera discreta la decoración del conjunto.
Habilitar un pequeño rincón de lectura, al lado de un mueble librería, crea un espacio recogido, que no solo nos resultará útil a nosotros, sino que despertará la curiosidad de los invitados.
Esto pequeños detalles son, de hecho, intercambiables, móviles. Aportando a la casa un dinamismo y una vitalidad que se corresponde con el discurrir de la vida. Nuestra vida no es lineal. Pasa por fases. Igual que durante una época nos sentimos atraídos por el cine o por la decoración vintage, en otro momento podemos inclinarnos más por la música y por los espacios minimalistas.
Una decoración enfocada al día a día.
La revista de decoración Elle Decor nos formula una serie de preguntas que es interesante que nos la planteemos a la hora de decorar nuestra vivienda. ¿Qué necesito? ¿Cómo me muevo en mi día a día? ¿Qué me gustaría que tuviera mi vivienda y no tiene?
La decoración, aunque tiene un eminente carácter estilístico, también debe tener un sentido práctico. Queremos una casa para hacer vida en ella. No solo para tener un lugar en el que dormir. Nuestra vivienda es nuestro refugio, en ella queremos descansar alejados de la vorágine diaria y practicar nuestras aficiones.
El limitado espacio que tienen las viviendas en la actualidad, hace que potenciemos ese aspecto práctico. En muchos casos no podemos permitirnos el lujo de crear rincones que parecen museos sin utilidad alguna, más allá del deleite personal o de la exhibición ante extraños. Estamos obligados a aprovechar al máximo cada metro cuadrado.
Este lado funcional no está reñido con la estética. No debe de estarlo. El que deseemos que nuestra vivienda sea práctica y cubra necesidades concretas no implica que no resulte atractiva. Que cuidemos los detalles para que sea bella.
Aislamiento de las estancias.
La separación y el aislamiento de los espacios puede parecernos un asunto secundario, pero en absoluto lo es. Es como esa parte de la decoración que no es perceptible a la vista, pero que potencia el confort en la vivienda.
Separar los espacios de la casa y destinar cada espacio a una actividad, nos ayuda a ordenar la mente y crea privacidad.
Aquellos apartamentos, tipo loft neoyorkino, tan populares en otra época, donde dormitorio, salón y cocina compartían el espacio, además de no resultar elegantes, generan sensación de desorden y de falta de privacidad. Representan como una especie de periodo provisional por el que pasa una persona en un momento dado, pero que no se puede convertir en el tipo principal de vivienda.
La separación de ambientes debe ser en primer lugar físico y visual. Un dormitorio para descansar, que representa el espacio más privado de la casa. Y un salón que es donde se hace la vida comunitaria.
Este aislamiento también debe ser acústico. De forma que la actividad que se realice en una habitación, no interfiera en la que se realiza en la estancia contigua. Y, por supuesto, debemos atender al aislamiento térmico. Repercute en hacer confortable la vivienda.
El color.
La revista El Mueble nos presenta 100 trucos para conseguir una casa que tenga estilo. En el planteamiento de este artículo hace especial hincapié en el tema del color.
En toda decoración hay un color base, que es el predominante en la estancia o la vivienda. Es el color sobre el que construimos toda la propuesta decorativa. Como si fuera el fondo de un lienzo.
En la actualidad priman el blanco y los colores neutros. No se hace así solo por tendencia. El color blanco y los tonos que orbitan a su alrededor reflectan la luz natural, con lo que se consigue que la casa esté mejor iluminada y dé sensación de mayor amplitud.
Frente al color base tenernos un color de contraste o de acento. Menos presente en la decoración, pero que es capaz de romper la monotonía y crear puntos focales. Colores como el negro o el rojo son tendencia frente a los fondos blancos.
Entre el color base y el color de acento construimos una paleta de colores que va a determinar la elección de los muebles y de los elementos decorativos.
Poniendo atención a estas cuestiones que te he ido mencionando, podemos conseguir que la decoración de nuestra casa tenga estilo.