España está abriendo su mente. En la actualidad alrededor de un 60 % de las empresas españolas ofrece opciones de trabajo flexible a los empleados, entre las que se incluye trabajar desde el propio hogar. Una buena iniciativa que sobre todo permite conciliar. Esa palabra que parece olvidada del diccionario de los empresarios.
Por este motivo son muchos los emprendedores que deciden integrar la oficina en casa para ahorrar costes y no tener la necesidad de desembolsar una cuota mensual en el alquiler de un despacho. Algo que se ha puesto muy de moda. Y es que en los tiempos que corren, y gracias a las nuevas tecnologías, te puedes permitir tener tu propio despacho en casa.
Los beneficios son múltiples de poder trabajar desde casa.
Sin duda el ahorro en desplazamientos es el principal argumento, máxime si se vive en ciudades grandes, donde ir y volver del trabajo en hora punta puede llevar hora y media. También son importantes las ventajas económicas, como el ahorro del gasto en transporte.
Ahorro de costes de oficina. Logra una mayor productividad por parte de aquel que teletrabaja.
Desventajas
Seguir una disciplina que no es fácil cuando se está sólo en casa. Para empezar se recomienda tener la oficina en casa en un lugar específico y fijo. Sin embargo, mientras se gana en tiempo para atender la vida personal, se pierde en desconexión.
Es difícil hacer un punto y aparte a lo largo del día y se corre el riesgo, al final, de trabajar más horas. Para aquel que no pasa por la oficina, no termina integrándose en un equipo y tiene muchas posibilidades de estancarse, de no tener oportunidades de promoción.
Si has decidido que son más las ventajas que las desventajas, es el momento de ponerte a crear tu despacho.
Qué poner
- Tienes que buscar luz, tranquilidad y comodidad, ya que son las máximas para establecer la zona de trabajo en el hogar. Solo así podrás concentrarte en tus tareas y sacar el trabajo adelante.
- Aunque ese lugar puede ser una habitación de tu hogar, también puedes delimitar espacios dentro de, por ejemplo, el salón o la sala de estar.
- Si trabajas frente a un ordenador será muy importante que cuentes con un escritorio y una silla que se adapten a la perfección a tu centro de trabajo, a tu estatura y a tu complexión física. Solo así podrás trabajar a gusto y evitar la aparición de molestias en la espalda y otras dolencias.
- Debemos de acotar la superficie de trabajo definiendo si se va a utilizar para múltiples usos o de forma esporádica, si nos podemos adaptar a un rincón en el salón, en el dormitorio, en un armario o si realmente debemos de contar con un espacio de trabajo que antiguamente era el “despacho”.
- Para ello puedes variar, desde pequeñas mesas con hueco para impresora, hasta despachos de diferentes estilos para conjuntar a la decoración existente en el hogar. Por ejemplo, si trabajas con un portátil no necesitas que disponga de bandeja extraíble para el teclado. Si el espacio disponible es muy amplio, un escritorio en forma de L puede ser más práctico, con un ala situada para colocar la impresora y escáner y el resto de la mesa para trabajar y tener perfectamente colocado monitor, teclado y ratón.
- Hay que separar las zonas. Consiste en separar físicamente las zonas de la casa, la cual se puede realizar mediante mamparas que no desentonen con el aspecto general de la vivienda. De este modo te resultará más sencillo separar la vida laboral de la personal y centrarte en tus labores diarias.
Por tanto y teniendo en cuenta todos los aspectos mencionados hasta el momento, queda claro que hay que hacer una apuesta por el teletrabajo que, además, disminuiría las tasas del paro, tal y como afirman los expertos. Basta con cambiar la mentalidad empresarial y también la de las administraciones públicas.